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Internacionalista, sobreviviente de las crisis periódicas de este país, asiduo lector, crítico feroz, miembro permanente de las huestes utópicas.

lunes, noviembre 29, 2010

Cuando venga la paz

Esta canción me encanta, es de Carlos Mejía Godoy vocero musical durante la Revolución Sandinista en Nicaragua

ANÉCDOTA DE PAPÁ

Habían pasado apenas unas horas desde que papá encontró refugio en la tierra, fui con el resto de la familia a casa de una de sus hermanas, mi tío Roberto, su esposo, destapa y bebe lentamente una lata de cerveza Gallo (Guatemalteca) y empieza a rememorar una fresca mañana de otoño.

Era el año 1966, acababa de morir mi abuelo, el papá de mi papá, estaba derrumbada en la sala de la casa mi abuela y siete de los ocho hijos, al fondo se podía ver, de pie, inmóvil, mi padre con sus 14 años, dando la espalda a la escena y viendo hacia adentro de la casa.

“Parecía que estaba midiendo el tamaño de la responsabilidad que desde ese día iba a cargar sobre su espalda” apunta mi tío mientras da otro sorbo a su cerveza Gallo.

PANEGÍRICO

Buenas Tardes, quería en nombre de la familia el agradecerles su presencia en esto, que quisiéramos considerar, la celebración de vida, una vida muy rica, plena, de PAPÁ

Papo era un tipo muy particular, nosotros siempre lo consideramos el “hombre de poder”, el poder de la palabra, el poder de la presencia, el poder de la acción. Papo nunca fue un hombre de preguntas sino de respuestas, era aquella persona a quien recurrir, esa que encontraba solución a los más grandes problemas.

Papo fue siempre un personaje, no sólo el hombre bueno, el buen padre, el buen hijo, el buen hermano, era además el objeto de admiración de sus hijos.

Lo admirábamos por ser quien es, la persona responsable que desde temprana edad siempre estuvo viendo por los demás.

Lo admirábamos por que un día cualquiera se enamoró de mi madre y fundó esta familia de la cual formo parte.

Lo admirábamos porque siempre, la casa de PAPÁ fue la casa de todos.

Lo admirábamos porque la lista de los que le quisieron como hermanos era mucho más grande que la que le fue conferida por vía sanguínea.

Lo admirábamos porque la lista de los que le quisimos como padre contiene muchos más nombres que el de Pepe, Marcos, Chuy o Mariela.

Me lleva la tristeza

Ya tenía un tiempo sin escribir, no quería… no podía, no sentía la tranquilidad necesaria para transmitir las palabras correctas, las necesarias, de repente me han robado la alegría y no se a ciencia cierta cómo recobrarla.

Ya son 2 meses desde que papá nos abandonó en su forma terrena, no entiendo del todo como pasó… una operación (si, con todos los riesgos inherentes a toda intervención quirúrgica), posteriores complicaciones y se borró de un plomazo los planes, sueños, esperanzas de un hombre todavía joven….quedándonos sólo el guardar en nosotros su legado.

Papo, como conocieron todos a papá, era un hombre clarificador, era esa persona que siempre sabía la respuesta correcta, el camino a seguir, era luz para seres perdidos… sin rumbo. La pérdida aún adolescente de su padre marcó su vida y, fundado en la veneración a la figura materna, le hizo precoz patriarca de proles propias y ajenas.

Papo era aquel que empezó a trabajar en la Fundidora de 14 años, el que estuvo en talleres, tornos, despachos, arando tierras de presente para cosechar semillas de futuro. Papá fue el que no tuvo niñez, el que no se podía permitir ser irresponsable, superficial o fatuo, era aquel que iba de noche a la universidad empujado por el deseo de su madre de tener un hijo profesionista.

Papo era un hombre con un increíble sentido de liderazgo, una no siempre entendida vocación de servicio, era aquel a quien acudías en tiempos turbulentos, era el que hacía sencillos los más difíciles problemas.

Papo era un hombre bueno, correcto, íntegro, y cualquier cantidad de adjetivos que no podría otorgar de manera sobrada a la sociedad que hoy me engulle y me hace actor, era ejemplo, benefactor de muchos, filántropo de los de verdad, no de los que lo hacen al amparo del dinero público.

Papo era y es mi PADRE aquel que me dio crianza y una razón de ser en sociedad.