Esperar

¿Qué esperar de mañana? /
El abrir los ojos, el respirar constante, el café caliente, el mirar tus ojos, el vivir la vida.

¿Que esperar de la vida? /
La realizaciión plena, el caminar seguro, la fuerza de espiritu, el conquistar al mundo, el ganar el cielo.

¿Que esperar del mundo?/
El girar eterno, la esperanza vaga, la reacción al óbito, el equilibrio imperceptible, la sobrevivencia.

¿Que esperar del cielo?/
La alegría perdida, la paz prometida, la utopía soñada, el eterno ser, el volverte a ver.

Del Oráculo de la Habana

Lo dijo Silvio:

Mi país es pobre, mi piel mejunje,
mi gobierno proscrito, mis huestes utópicas.
Soy candidato al inventario de la omisión,
por no ser globable.

Que hubiera pasado

“Se me antojó repetir un beso que nunca se había realizado”

Que hubiera pasado

Que hubiera pasado si en un día aciago, después de lidiar con la vida, con la muerte o con el sino; estando sentados en tu cocina mientras hablábamos de libros, de tus autores favoritos o tus adquisiciones recientes hubiéramos coincidido en la mirada y el silencio nos ganara.

Si entre el bullicio y la camaradería, de ese Café del centro al que solíamos asistir, mientras platicábamos sobre nuestra visión del futuro y de nuestras esperanzas del mañana, de manera incidental hubiera surgido la idea del proyecto común y una sonrisa en tu boca asomara.

Que hubiera pasado si a la luz de las velas, mientras escuchábamos a ese cantautor que tanto te gustaba, en ese bar de bohemia al que fuimos alguna vez y en el marco de sus acordes, alguno de nosotros se hubiera atrevido a dar el siguiente paso y hubiera recibido la respuesta esperada.

Si siguieras aquí y no perdida, por los caminos del mundo que te llaman, en el delirio del apostolado del internacionalista, de la inconformidad sistémica a lo estático, del entender dialéctico de la vida.