Acerca de mí

Mi foto
Internacionalista, sobreviviente de las crisis periódicas de este país, asiduo lector, crítico feroz, miembro permanente de las huestes utópicas.

martes, diciembre 16, 2008

El brindis del Bohemio

Un clásico de la época decembrina....


EL BRINDIS BOHEMIO
Guillermo Aguirre Fierro (Mexicano)
El Paso, Texas 1915

En torno de una mesa de cantina,
una noche de invierno,
regocijadamente departían
seis alegres bohemios.

Los ecos de sus risas escapaban
y de aquel barrio quieto
iban a interrumpir el imponente
y profundo silencio.

El humo de olorosos cigarillos
en espirales se elevaba al cielo,
simbolizando al resolverse en nada,
la vida de los sueños.

Pero en todos los labios había risas,
inspiración en todos los cerebros,
y, repartidas en la mesa, copas
pletóricas de ron, whisky o ajenjo.

Era curioso ver aquel conjunto,
aquel grupo bohemio,
del que brotaba la palabra chusca,
la que vierte veneno,
lo mismo que, melosa y delicada,
la música de un verso.

A cada nueva libación, las penas
hallábanse más lejos
del grupo, y nueva inspiración llegaba
a todos los cerebros,
con el idilio roto que venía
en alas del recuerdo.

Olvidaba decir que aquella noche,
aquel grupo bohemio
celebraba entre risas, libaciones,
chascarrillos y versos,
la agonía de un año que amarguras
dejó en todos los pechos,
y la llegada, consecuencia lógica,
del "feliz año nuevo" . . .

Una voz varonil dijo de pronto:
- las doce, compañeros;
digamos el "requiescat" por el año
que ha pasado a formar entre los muertos.
¡Brindemos por el año que comienza!
porque nos traiga ensueños;
porque no sea su equipaje un cúmulo
de amargos desconsuelos . . .

- Brindo, dijo otra voz, por la esperanza
que la vida nos lanza,
de vencer los rigores del destino,
por la esperanza, nuestra dulce amiga,
que las penas mitiga
y convierte en vergel nuestro camino.

Brindo porque ya hubiere a mi existencia
puesto fin con violencia
esgrimiendo en mi frente mi venganza;
si en mi cielo de tul limpio y divino
no alumbrara mi sinouna pálida estrella:
Mi esperanza.

¡Bravo!, dijeron todos, inspirado
esta noche has estado
y hablaste bueno, breve y substancioso.
El turno es de Raúl; alce su copa
y brinde por . . . Europa,
ya que su extranjerismo es delicioso . ...

Bebo y brindo, clamó el interpelado;
brindo por mi pasado,
que fue de luz, de amor y de alegría,
y en el que hubo mujeres seductoras
y frentes soñadoras
que se juntaron con la frente mía. . .

Brindo por el ayer que en la amargura
que hoy cubre de negrura
mi corazón, esparce sus consuelos
trayendo hasta mi mente las dulzuras
de goces, de ternuras,
de dichas, de deliquios, de desvelos.

-Yo brindo, dijo Juan, porque en mi mente
brote un torrente
de inspiración divina y seductora,
porque vibre en las cuerdas de mi lira
el verso que suspira,
que sonríe, que canta y que enamora.

Brindo porque mis versos cual saetas
lleguen hasta las grietas
formadas de metal y de granito,
del corazón de la mujer ingrata
que a desdenes me mata . . .
¡pero que tiene un cuerpo muy bonito!

Porque a su corazón llegue mi canto,
porque enjuguen mi llanto
sus manos que me causan embelesos;
porque con creces mi pasión me pague. ..
¡vamos!, porque me embriague
con el divino néctar de sus besos.

Siguió la tempestad de frases vanas,
de aquellas tan humanas
que hallan en todas partes acomodo,
y en cada frase de entusiasmo ardiente,
hubo ovación creciente,
y libaciones, y reir, y todo.

Se brindó por la patria, por las flores
,por los castos amores
que hacen un valladar de una ventana,
y por esas pasiones voluptuosas
que el fango del placer llena de rosas
y hacen de la mujer la cortesana.

Sólo faltaba un brindis, el de Arturo,
el del bohemio puro,
de noble corazón y gran cabeza;
aquel que sin ambages declaraba
'que sólo ambicionaba
robarle inspiración a la tristeza.

Por todos lados estrechado, alzó la copa
frente a la alegre tropa
desbordante de risa y de contento
los inundó en la luz de una mirada,
sacudió su melena alborotada
y dijo así, con inspirado acento:

-Brindo por la mujer, mas no por esa
en la que halláis consuelo en la tristeza,
rescoldo del placer ¡desventurados!;
no por esa que os brinda sus hechizos
cuando besáis sus rizos
artificiosamente perfumados.

Yo no brindo por ella, compañeros,
siento por esta vez no complaceros.
Brindo por la mujer, pero por una,
por la que me brindó sus embelesos
y me envolvió en sus besos;
por la mujer que me arrulló en la cuna.

Por la mujer que me enseñó de niño
lo que vale el cariño
exquisito, profundo y verdadero;
por la mujer que me arrulló en sus brazos
y que me dió en pedazos
uno por uno, el corazón entero.

¡Por mi madre!.. bohemios, por la anciana
que piensa en el mañana
como en algo muy dulce y muy deseado,
porque sueña tal vez que mi destino
me señala el camino
por el que volveré pronto a su lado.

Por la anciana adorada y bendecida,
por la que con su sangre me dió vida,
y ternura y cariño;
por la que fue la luz del alma mía;
y lloró de alegría
sintiendo mi cabeza en su corpiño.

Por esa brindo yo, dejad que llore,
que en lágrimas desflore
esta pena letal que me asesina;
dejad que brinde por mi madre ausente,
por la que llora y siente
que mi ausencia es un fuego que calcina.

Por la anciana infeliz que sufre y llora
y que del cielo implora
que vuelva yo muy pronto a estar con ella;
por mi madre bohemios, que es dulzura
vertida en mi amargura
y en esta noche de mi vida, estrella . ..

El bohemio calló; ningún acento
profanó el sentimiento
nacido del dolor y la ternura,
y pareció que sobre aquel ambiente
flotaba inmensamente
un poema de amor y de amargura.

jueves, octubre 09, 2008

Síndrome de Abstinencia



Extraña habilidad la de tus ojos
Que prendido me ha tenido de tu velo
Agonía que comienza por las noches
Al buscarte en este lecho..no te encuentro

Perdido el sueño, cansado deambular diario
Terrible escenario en que pervivo,
Me encuentro de repente en un rincón, sudor frío
Que me cubre la frente y las manos

Ignoro donde estoy o lo que espero, tal vez nada
Por momentos de mi mismo es que me pierdo
Me faltan fuerzas, me sobran lamentos
Ya hace un mes que no te veo

viernes, septiembre 12, 2008

Definitivamente jueves

Quiero que el veintiuno de agosto
del año dos mil diez,
a las seis de la tarde como es hoy,
pases desnuda atravesando el cuarto
y preguntes por mí.
Si estoy, pregunta, y si no existo,
o si me he extraviado en algún lugar de la casa,
de la ciudad, del mundo,
pregunta igual, alguien responderá.
El primero de enero del año dos mil uno será lunes
pero el veintiuno de agosto de la fecha indicada
tiene que ser definitivamente jueves
y el calor, como hoy, agotará las ganas de vivir.
Las calles serán las mismas para entonces,
los flamboyanes de efe y trece seguirán floreciendo,
muchos amigos no estarán
y el tiempo habrá pasado por la historia de la casa,
de la ciudad, de mi país, del mundo.
Quiero que el veintiuno de agosto, al despertar,
prepares la piel
____________el corazón
___________________las ganas de vivir.

Waldo Leyva

miércoles, septiembre 10, 2008

Te busqué, te busco

En la oscura calle, perdida, vacía
en la triste casa, triste en tu abandono
por amplios salones, estrechos rincones
por campos, por valles, por cerros, por ríos
Te busqué, te busco

martes, septiembre 09, 2008

Celia, un huracán militante

Néstor Kohan
Rebelión


Es una pérdida enorme. Nos parece mentira. Celia Hart Santamaría acaba de fallecer junto con su hermano Abel en un accidente automovilístico en La Habana. Nos enteramos anoche. Pablo Kilberg, incansable amigo de la revolución cubana y de Celia (que son lo mismo), nos llamó y nos dio la triste noticia. ¡Justo ahora, cuando ella hacía más falta que nunca! Mucha impotencia. Una sensación muy fea en la boca, en la garganta, en el estómago.

Todo el mundo la presenta como "la hija de". No está mal. Su mamá fue Haydeé Santamaría Cuadrado [ 1922-1980] , militante revolucionaria, emblema y símbolo de la revolución cubana, compañera de Fidel Castro desde los primeros días, asaltante del cuartel Moncada, fundadora de Casa de las Américas. Su papá, Armando Hart Dávalos [1930-] , dirigente histórico de la revolución cubana, fundador del Movimiento 26 de julio también junto a Fidel, ministro de educación de la revolución e inspirador de su célebre campaña de alfabetización. Además de sus padres, Celia contaba entre sus familiares con Abel Santamaría Cuadrado [1927-1953], colaborador político de Fidel desde antes del golpe de estado de Batista, luego asaltante del cuartel Moncada, capturado vivo, torturado y asesinado por la dictadura de Batista.

Pero Celia era mucho más que "la hija de" o la "sobrina de". Tuvo, tiene y tendrá una luz y un brillo propio. ¿A quien le cabe duda?

Trabé relación con Celia a través de su padre. Fue Armando quien más nos insistió con la necesidad de conocer a Celia. Había entre ambos, padre e hija, una relación muy fuerte, afectiva y emotiva pero también intelectual y política. Todo escritor, cuando escribe, tiene en mente un diálogo con alguien. Me animo a decir que Armando era uno de los interlocutores imaginarios de Celia, al igual que Fidel Castro.

Siempre tenía en mente sus opiniones, en un diálogo real o imaginario. Cada vez que Celia me escribía, confesaba: " me imagino lo que estará pensando mi padre " o " lo que debe pensar Fidel de esto que estoy diciendo ", " estoy segura que a Fidel le debe encantar ".

Llegué a Celia por intermedio de Armando. Hace más de una década, en medio del desierto moral e intelectual de los años '90, durante el reinado feroz e implacable del neoliberalismo en todo el mundo, Armando Hart nos escribió después de leer un trabajo sobre Marx y el tercer mundo publicado en la revista Casa de las Américas. Entusiasmado como un chico, nos envió una conferencia suya sobre el Manifiesto comunista . Al intercambio de cartas y trabajos siguió el encuentro personal, gracias al amigo y compañero Fernando Martínez Heredia, igualmente guevarista como padre e hija.

El vínculo con Armando se estrechó. Él nos prologó un libro sobre el marxismo latinoamericano que lamentablemente hasta ahora no se publicó en Cuba (aunque ya estaba diagramado y listo). Tuve a su vez el honor de prologarle un libro suyo sobre Marx, Engels y la condición humana . Luego, en una de sus visitas a la Argentina, Armando Hart vino como expositor a la Cátedra Che Guevara. En esas conversaciones con el padre, además de Martí, Ingenieros, la Reforma Universitaria, Mella, Guiteras y Fidel, de Marx y Engels, del Che y Freud, siempre salía el tema de su hija Celia. Era recurrente. Armando le tenía una admiración que jamás ocultó. Nos decía, una y otra vez: " Celia es como Haydeé [la mamá de Celia] , pero ahora en tiempos del posmodernismo" .

La primera vez que la vi, Celia no comenzó hablando de la revolución latinoamericana, de Fidel, del Che o de Lenin, Trotsky y los bolcheviques. ¡No! Cuando todavía no habíamos abierto la boca, las primeras palabras que nos dijo, con una sonrisa amplia de oreja a oreja, fueron: " Estoy muy celosa de tu relación con mi padre" . Así era ella, tremendamente irónica y tierna al mismo tiempo, profundamente humana, muy querible por sobre todas las cosas. La antítesis viviente del "aparato" impersonal que transforma la política de los revolucionarios en algo desalmado, frío, administrativo, burocrático. Repleta de afecto, de ternura, de humanismo, podíamos discutir sobre cualquier problema de la coyuntura latinoamericana, de Chávez, del futuro de Cuba, de los gusanos de Miami o de lo que sea, y en la mitad, siempre, invariablemente, intercalaba una broma, un chiste, una ironía o una alusión inesperada a un amor suyo, amigo mío. Celia hablaba, intervenía y escribía desacralizando, rompiendo los moldes y las consignas efectistas de volante, desoxidando las formas pétreas de los discursos acartonados y mustios de la izquierda tradicional. Era un torbellino de ideas. Hablaba a una velocidad increíble, a veces difícil de seguir. Generaba mucho entusiasmo en los jóvenes. Lo he comprobado en Cuba y también en Argentina. (hace muy poco tiempo, hermanos chilenos me decían que pensaban invitarla al país trasandino).

En estos años conversamos sobre muchas cosas, sobre acuerdos mutuos y también sobre matices diversos. Cuando la discusión se ponía fuerte, Celia me disparaba con una sonrisa: " Bueno, tú sabes que yo soy física de profesión ". Y ahí afloraba la risa. Nos aflojábamos y entonces seguíamos.

Celia jugó un papel enorme en la batalla de las ideas de los últimos tiempos, dentro y fuera de Cuba. A mi modesto entender, la palabra de Celia Hart fue muy útil y muy eficaz. Sirvió, como decimos en Argentina, para "abrir cabezas", es decir, para hacer pensar. ¡Celia ayudó a pensar! Provocó a las distintas tribus de la izquierda latinoamericana obligándolos a escucharse mutuamente (una tarea nada fácil, por cierto).

A los comunistas tradicionales, formados en el mundo cultural de la Unión Soviética, los empujó contra la pared y los obligó a abandonar los prejuicios infundados y a leer, por fin, al "innombrable" y "demoníaco" León Trotsky, tantas veces borrado de fotos y de historias por la censura y también por la autocensura de varias generaciones educadas en el stalinismo. Aunque sea para discutirle, tuvieron que ponerse a leer a Trotsky. Alguno que otro reaccionó con encono, pero la mayoría adoptó otra actitud más suave y racional, tomó como un desafío el planteo de Celia y a partir de allí hubo que volver a pensar y repensar viejos dogmas, hoy apolillados y completamente ineficaces. ¿Quién podía acusar a Celia de desconocer el mundo cultural y político del Este europeo, afín a la URSS, aquel que se cayó con el muro de Berlín, si ella había vivido años y había estudiado física, precisamente, en la República Democrática Alemana (RDA)? ¿Quién podía acusar a Celia de ser "contrarrevolucionaria", "quinta columna" o vaya uno a saber qué, si ella amaba —no sólo admiraba sino que amaba— a Fidel Castro?

A los trotskistas, latinoamericanos pero también europeos, Celia los increpó y les habló de Fidel y del Che sin pelos en la lengua, con argumentos políticamente rigurosos y también con amor. Les dijo, una y otra vez, que el internacionalismo no se declama en panfletos y revistas universitarias o en la retórica de salón, que la revolución cubana envió casi medio millón de combatientes internacionalistas a Angola y a toda América Latina. Celia los obligó a reclamar por la libertad de los cinco revolucionarios cubanos encarcelados en EEUU. Los interpeló, cada vez que pudo, para que abandonen fórmulas cristalizadas y puedan mirar con otros ojos, no tan prejuiciosos, a Cuba y a su revolución.

En el caso del maoísmo, algunos de sus dirigentes estaban muy enojados con Celia por sus críticas a Stalin (figura también cuestionada, dicho sea de paso, por Armando Hart Dávalos en un trabajo suyo donde comenta la famosa biografía de Isaac Deutscher, autor que le dio a leer a su hija desde muy joven). En la Habana, al secretario general de un partido maoísta argentino le presentamos a Celia para que conversara personalmente con ella y pudiera de esa forma comprender quien era y cómo pensaba, más allá de sus artículos, tal vez de esa manera se romperían algunos prejuicios.

Insistimos. La gran virtud de Celia ha consistido en que sus intervenciones, no siempre planificadas ni calculadas con serenidad (lo cual le generó no pocas angustias y dolores de cabeza cuando la prensa burguesa intentaba manipularla o tergiversarla), obligaron a la izquierda a pensar. ¡A pensar! Esa actividad no siempre practicada cuando la pretendida "ortodoxia" del marxismo (sea cual fuera la familia ideológica en cuestión, se pertenezca al guetto que se pertenezca) se transforma en un salvoconducto para rumiar y repetir frases hechas, sin reflexión propia ni pensamiento crítico.

En el mundo cultural de las izquierdas Celia era mirada como una "rara avis". ¿Fidelista trotskista? ¿Crítica de la burocracia y el mercado y defensora a muerte de la revolución cubana? ¿Guevarista encendida que no acepta participar de homenajes oficiales e institucionales al Che? ¿Cómo es eso? ¡Qué me lo expliquen!... habrá pensado más de uno.

Lo que sucede es que las masacres y los genocidios militares de América Latina, perpetrados bajo mandato del imperialismo norteamericano, no sólo quemaron cuerpos y desaparecieron personas. También quemaron libros y pretendieron desaparecer pensamientos.

La propuesta iconoclasta y, en un punto, ecuménica, de Celia no partía de cero ni era producto de una nueva fórmula alquimista. Era un punto de llegada. Antes que ella lo propagandizara con su prosa tan personal, donde el brillo literario no era indiferente a la danza de las musas, otros compañeros habían intentado conjugar esa síntesis de tradiciones culturales y políticas diversas.

Por ejemplo, Michael Löwy, en su libro El pensamiento del Che Guevara de 1970 (ediciones varias), había intentado reivindicar al Che en su integridad —no sólo como guerrillero heroico sino también como pensador marxista de alto vuelo—, defender la revolución cubana y promover el guevarismo sin dejar de inspirarse en León Trotsky, en Rosa Luxemburg, en el joven György Lukács. Muy cerca de Löwy, el compañero Carlos Rossi [seudónimo] escribió dos años después, en 1972, La revolución permanente en América Latina (se puede consultar en amauta.lahaine.org ). Allí Rossi analizaba toda la historia contemporánea de nuestra América desde las teorías del desarrollo desigual y combinado y la revolución permanente, mientras hacía suya la estrategia de lucha armada a escala continental de la revolución cubana y el guevarismo. Dos antecedentes inequívocos de las propuestas y los ensayos políticos de Celia.

Cuando Celia nos pidió el año pasado, en junio del 2007, que presentáramos en Argentina su libro Apuntes revolucionarios. Cuba, Venezuela y el socialismo internacional ([Buenos Aires, Fundación Federico Engels, 2007], colección de artículos suyos de internet, en gran parte publicados por nuestro común amigo y compañero Luciano Alzaga, quien mucho contribuyó a difundir el pensamiento de Celia y a hacerla conocida fuera de Cuba) se lo dijimos públicamente. Allí recordamos esos dos trabajos "olvidados", previos al libro de Celia y precursores con treinta años de distancia del de ella. Lejos de cualquier petulancia o autosuficiencia, tan común entre algunos gurúes de la izquierda académica, ella ni se ofendió ni se enojó. No pretendía descubrir por enésima vez la pólvora. Con humildad extrema, casi exagerada, Celia respondió que ella se consideraba una "recién llegada" al mundo de la teoría política y social y reconocía que sus planteos hetorodoxos (se los mire por donde se los mire) no nacían de la nada, sino que prolongaban una tradición previa.

¡Esa era Celia! Ese gesto la pintaba de cuerpo entero. No necesitaba vanagloriarse de nada. Sencillamente porque tenía mucho para decir. Sólo los mediocres necesitan aferrarse a las formas, porque carecen de contenido propio. Esa noche, en la presentación de su libro, casi doscientos jóvenes desbordaron el lugar. Celia terminó hablando encaramada a una mesa, rodeada de un mar de militantes de diversas tribus de izquierda (no sólo argentina, hasta sandinistas había y Celia discutió con ellos, sin dejar de reivindicar la revolución de 1979). Ella sola logró reunir las diversas capillas de nuestra dividida izquierda, luego de años y años de hegemonía populista, reformista y posmoderna.

El propio Löwy hace referencia a Celia en su última investigación sobre el Che y el guevarismo actual. Cuando el investigador brasileño nos envió los borradores de un capítulo de su libro para recibir sugerencias y opiniones, le preguntamos: "¿No vas a incluir entre los guevaristas actuales al Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR) de Chile? ¿Y a Celia en Cuba?". Igualmente, con la misma humildad, el historiador e investigador los incluye en la edición final. Sobre ella, Löwy hace referencia allí a " los escritos fogosos de Celia Hart " destacándolos entre las últimas expresiones del guevarismo contemporáneo (Véase Michael Löwy y Olivier Besancenot: Che Guevara: una braise qui brûle encore [Che Guevara una brasa que todavía quema] París, Mille et une nuits, 2007. Capítulo "La herencia guevarista en América Latina". p. 153). Cuando ese libro ganó la calle, sus dos autores, inspirados en Trotsky pero también en el Che Guevara, fueron acusados inmediatamente —como si fuera algo gravísimo— de "guevaristas"...

Irrefrenable, repleta de entusiasmo militante, Celia escribía siempre con urgencia. Mandaba a sus amigos sus textos pidiendo observaciones de última hora, preguntaba en qué página de qué libro se encuentra tal o cual cita y así discutíamos, con franqueza, con lealtad, fraternalmente, sin dobles mensajes, sin calcular favores institucionales o conveniencias mezquinas.

El último intercambio que tuvimos fue sobre una subvariante del trotskismo argentino: el morenismo, corriente que la invitó por última vez a nuestro país. Cuando nos pidió nuestra opinión, volvimos a reiterarle lo que siempre le habíamos manifestado. Desde una posición de respeto por la abnegación de una militancia muchas veces sacrificada, considerábamos inocultable, y así se lo transmitimos a ella, la enorme distancia que separaba en el morenismo una retórica altisonante y una escritura encendida de una prolongada historia mundana, terrenal, en gran medida reformista. Le proporcionamos ejemplos concretos de la historia argentina que Celia no tenía porqué conocer. Conductas no siempre dignas ni decorosas que, a nuestro modo de ver, no derivaban de la "maldad" y menos de la "traición" individual de tal o cual dirigente político —por lo general esforzados y muy sacrificados— sino de una concepción y una estrategia política a nuestro modo de ver errónea, muchas veces acríticamente institucional y electoral.

A partir de este ejemplo puntual y de muchos otros interrogantes compartidos durante años, con Celia conversamos sobre las polémicas históricas que en su oportunidad enfrentaron a los partidarios de Nahuel Moreno con los de Mario Roberto Santucho, asesinado por la dictadura militar en 1976 (uno de los principales líderes del guevarismo en Argentina y en el cono sur latinoamericano —donde compartió trincheras y organizaciones con el chileno Miguel Enríquez, el uruguayo Raúl Sendic y los hermanos bolivianos Inti y Coco Peredo). Celia siempre me repetía la misma frase, me lo transmitió oralmente, cara a cara, en más de una conversación, y también por escrito: " Tú sabes, querido Néstor, que mi partido es el del Che Guevara y el de Robi Santucho ". Nunca me lo dejó de repetir.

Celia tenía insistencias. Una de ellas era la necesidad de diálogo real y unidad concreta entre las diversas izquierdas. No unidad con fracciones del poder sino unidad de las izquierdas, donde las diferencias no siempre son contradicciones antagónicas.

Por ejemplo, cuando en septiembre de 2007 el Colectivo Amauta y la Cátedra Che Guevara organizaron un corte de avenidas (Callao y Corrientes, en pleno centro porteño) y una clase pública en defensa de los presos políticos, Celia no falló. Junto a mensajes recibidos de todo el mundo, la extensa, emotiva y comprometida carta que Celia nos envió por los presos representó con dignidad la voz cubana en esa actividad unitaria, donde convergían corrientes muy diversas. Celia actuaba eludiendo cualquier tentación de guiarse por la razón de Estado. No tenía en mente ni priorizaba las relaciones diplomáticas entre el Estado de su país y el gobierno de Kirchner, sino que estaba más preocupada por la situación de los presos políticos argentinos entonces en huelga de hambre. Era lo más lógico.

Más tarde, el Colectivo Amauta y la Cátedra Che Guevara lanzaron la iniciativa de organizar un Seminario Guevarista Internacional para junio de 2008. Celia nos volvió a escribir. Nos contó que la habían invitado para inaugurar un monumento oficial al Che en la ciudad de Rosario (Argentina), donde junto a sectores de izquierda también concurrirían otros afines al gobierno de Kirchner y a corrientes de la socialdemocracia local. Según ella nos dijo, no aceptó aquella invitación. Nos aclaró que ella no buscaba lucirse haciendo "portación de apellido prestigioso". Tampoco quería contactos oficiales del gobierno argentino ni le interesaban. Optó por apoyar la iniciativa del Seminario Guevarista Internacional pero con un planteo propio. Se ofreció a participar personalmente (viaje que no se pudo concretar pues los organizadores no oficiales no contaban con dinero para su pasaje) y además prometió batallar por convencer a los numerosos nucleamientos inspirados en el trotskismo para que apoyen la movida que se hacía en defensa del Che y de la revolución cubana. Le aclaramos que probablemente esas organizaciones no apoyarían, pero ella insistió y trató de convencerlos. Así se lo hizo saber a varios compañeros a quienes les envió cartas con sus reclamos. Delante de varias organizaciones piqueteras leímos su adhesión al evento, con gran entusiasmo.

¿Por qué Celia apoyó esta otra iniciativa? ¿Habrá sido por amistad personal? Sinceramente no lo creo. Estoy seguro que también tenía muchos amigos y admiradores en las filas afines al acto oficial. Quizás nos equivoquemos, pero sospechamos que su intención apuntaba siempre a sacar al Che del póster y la estatua, para recuperarlo como quien fue realmente, alguien indomesticable, que no generaba suspiros condescendientes o nostálgicos sino enojos, diatribas e incomodidades en la sociedad oficial y en las corrientes reformistas que tanto lo denostaron.

En la última conversación que mantuvimos antes de este desafortunado accidente, Celia me llamó por teléfono desde Buenos Aires. Había estado pocos días en Argentina. Cuando me dijo que no iba a poder participar esta vez de la Cátedra Che Guevara la insulté cariñosamente, dada la confianza mutua que teníamos. Pegó una carcajada. Volvió a pedir disculpas y de ahí en más la conversación derivó hacia los problemas de la política argentina y el debate latinoamericano sobre la insurgencia colombiana y los ataques de Uribe. Celia tampoco vaciló en ese tema. Empezó con el entusiasmo de siempre a defender a los hermanos y hermanas de las FARC colombianas y nos planteó su convencimiento de que hoy más que nunca la izquierda latinoamericana en sus diferentes variantes y grupos debería apoyar a la insurgencia. La interrumpimos recordándole que los teléfonos en Argentina están intervenidos por la policía y no convenía discutir sobre ese tema de esa manera. Se rió mucho cuando le dije que recordara que no estaba en Cuba, y que era mejor que retomara las prácticas de los tiempos en que su mamá y su papá tenían que cuidarse de los cuerpos represivos y de inteligencia. Ese fue nuestro último diálogo, hace apenas pocos días.
Así fue siempre Celia. Un tanque vietnamita ingresando en la embajada yanqui, un tanque soviético tomando por asalto Berlín. ¡Imparable! Nada la detenía. Un huracán de energía militante.

Nunca asumió ni le interesó una posición "decorativa". Podría haber vivido cómoda, disfrutando, ajena a la política, de sus apellidos prestigiosos. Esa opción no la sedujo en lo más mínimo. Es más, estoy seguro que la despreciaba. Siempre su interés era militante, incluso si eso le traía "problemas" por los líos en que se metía. Sus palabras preferidas no eran "a ver cuando nos tomamos unos tragos" (aunque también los hemos tomado) sino que priorizaba invariablemente el debate político, las tareas, los desafíos militantes a escala continental, sin perder el humanismo cotidiano.

Nada de nostalgia por el pasado, toda la voluntad puesta hacia adelante. Quizás por eso Celia amaba tanto a Julio Antonio Mella, quien alguna vez escribió "Todo tiempo futuro tiene que ser mejor".

Muy lejos geográficamente de Celia pero siempre muy cerca suyo en el corazón y en los ideales, le enviamos un abrazo enorme a su papá Armando Hart, a sus hijos, a toda su familia, a sus compañeros de Cuba y de todo el mundo, que tanto la quisieron y la querrán.


¡Querida compañera Celia, hasta la victoria siempre!


Buenos Aires, 8 de septiembre de 2008

domingo, septiembre 07, 2008

Antilogía de la necesidad

Egoísta como hoy soy, como me he vuelto
he hecho del yo y del necesito puntos de encuentro
aunque necesidad siempre lo ubiqué en el plano de lo colectivo
ante la despersonalización de las masas carece de sentido

quien, como, que?
pasa de a como que
tuyo, suyo, mío
marcando lo territorial saquea al vacío

El mundo es solo testigo de ruta
fuente impregnada de vastos humores
pero me sabe a poco, camino y me río
hedonismo de ocasión o respuesta al hastío

viernes, septiembre 05, 2008

Hay hombres...

Hay hombres que caminan por las calles
con un sol en la frente, un diamante de luz,
con hambre de otra vida, con aire de combate,
hay hombres que se sientan a la mesa
y reparten su pan con gusto solidario.

Hay hombres que despiertan y sonríen
mientras dicen: hoy es el día.
Dan la mano como un acto de fiesta,
saludan como cantando un himno.

Hay hombres que de noche tienen sueños justos,
destierran ángeles corruptos
y al despertar, para salvar la tribu
van presurosos a sus puestos de lucha.
Esos que son así, como usted, son los hombres libres.

Hamlet Lima Quintana

viernes, agosto 29, 2008

Sobreviviendo


-Oye Txema, entonces ¿cuántos años dices que cumples?
-Pues 29, pero estoy pensando seriamente el estacionarme en ellos unos 4 o 5 años


Buen día tengan todos

Por cosas de la vida, o de la no muerte (jeje), la semana pasada he tenido por bien a completar una vuelta mas al sol, no es que sea algo extraordinario, ya bastante tiene de extraordinario que los irresponsables que yerguen como amos del universo no hayan acabado con todos nosotros a estas alturas.

El mundo se ha vuelto un lugar difícil cuyo paso por él ya toma tintes heróicos, evitando los extremismos, la conjetura fácil, el ataque enemigo, el ataque amigo, cuando menos.

Me levanto día a día y sigo adelante por esa ruta que abro en mi andar, nunca me ha gustado servir de seguidor de algún pendejo, tampoco me gustaría que alguien siguiera mi ruta (y el pendejo fuera yo).

Me gusta creer que la madurez me paso de lado, aunque pueda ser que haya parido conmigo, me gustaría ser siempre el tipo irresponsable que cruza rios, llanos y montañas, el que puede tomar las decisiones difíciles sin medir los riesgos, y el que pueda estar con ustedes compartiendo la copa.

Les mando un fuerte abrazo a todos

viernes, agosto 01, 2008

La muerte del Dramaturgo


"...¿Por qué a mí?, pienso, caminando por la avenida Chapultepec, y no aquel director teatral gordo, de doscientos kilos, alcohólico y fumador que viola todas las reglas de la salud y de la ética.

"¿Por qué a mí?, pienso mientras cruzo por Florencia, y no aquel crítico gordo, fumador, bebedor, mala leche, que cree que heredó la ironía crítica de Novo, que odia a todo creador que no sea gay, que usa las páginas de las revistas y los diarios para destruir vocaciones.

"¿Por qué a mí?, pienso al pasar por el Paseo de la Reforma, y no aquel crítico de cine que odia el cine mexicano y a sus creadores, cuya crítica destila pus y que no lleva una vida sana.

"¿Por qué a mí?, y no al Mochaorejas, y los sacerdotes pederastas que agreden a tantos niños y que están enfermos del alma y del cuerpo, pienso al esperar el elevador.

"Muchos años después, ante mi pregunta ¿Por qué a mí?, mi madre me diría ¿Y por qué no? ¿Te crees privilegiado? ¿Quién eres tú para estar a salvo de una enfermedad grave?, rompiendo mi soberbia".

.........................In Memoriam
.........................................Victor Hugo Rascón Banda

miércoles, julio 23, 2008

Tienes que decidir

Les dejo algo de la argentina avecindada en México desde hace muchos años Liliana Felipe, quien además es pareja de la única persona con pantalones en las filas del Gobierno Legítimo (Gobierno de Sombra) Jesusa Rodríguez



Tienes que decidir
quién prefieres que te mate:
un comando terrorista
o tu propio gobierno para salvarte
del comando terrorista.

Tienes que decidir
qué prefieres que te mate:
la pobreza, la miseria,
el Tratado de Libre Comercio
o el programa contra el hambre.

Ya se acabó aquel tiempo
en que decidían cómo nos mataba
y sin preguntarnos si quiera por pura cortesía.
Si era nuestro deseo el de fenecer,
como los mosquitos al amanecer,
o morirnos de sed.

Ya nos mataron de tantas maneras,
ya nos cansamos de ir al panteón
ya no sabemos si somos ciiviles,
rehenes, vampiros o simples mortales.

Pero, de tanto morirnos
al menos nos hemos ganado el derecho
de decidir cómo queremos morir.

Tienes que decidir cómo prefieres morir:
de hambre natural,
de asco terminal,
de pago de predial,
ahorcada con tu chal,
debiendo un dineral,
cruzando de ilegal.

Ya se acabó aquel tiempo
en que decidían cómo nos mataba
y sin preguntarnos si quiera por pura cortesía.
Si era nuestro deseo el de fenecer,
como los mosquitos al amanecer,
o morirnos de sed.

Ya nos mataron de tantas maneras,
ya nos cansamos de ir al panteón
ya no sabemos si somos ciiviles,
rehenes, vampiros o simples mortales.

Pero, de tanto morirnos
al menos nos hemos ganado el derecho
de decidir cómo queremos morir.

de asco terminal
de pago de predial
ahorcada con tu chal
debiendo un dineral
cruzando de ilegal.

Ya se acabó aquel tiempo…

jueves, julio 17, 2008

Instrucciones para salvar el odio eternamente

Instrucciones para salvar el odio eternamente
Ismael Serrano

Si ella se va no la perdones.
Si te deja cultiva bien tu odio.
Nunca seas generoso en olvido, si ella se va.
Si te deja no digas adiós
o "Qué vamos a hacerle", no pidas perdón.
No repases vuestras fotos
y, mirándole a los ojos,
regálale eterno tu odio.

Si ella se va no trates nunca de entenderla.
Maldice sus pasos.
Nunca creas sus despedidas, sus promesas, su explicación.
Y provoca llanto y dolor,
que queme su conciencia como el sol,
que el adiós le corte como una cuchilla.
No te confundas ella, es la asesina.

Porque cuando ella se va
alguien la esperará en la esquina.
En otros brazos reirá con otras mentiras,
dirá "Te amo, cuanto tiempo te he estado esperando".
Y te olvidará, todo habrá muerto,
y aquel otoño nunca habrá sido vuestro.
Para qué mentir, que ella se lleve,
aunque dure poco, tu odio para siempre.

martes, julio 08, 2008

De el Filósofo de Güemes

"Andamos como andamos
Porque somos como somos"

lunes, junio 16, 2008

Canciones del Che: Vicente Feliu


Vicente Feliú

Cuba

Una canción necesaria
al Che no in memoriam


Tu piel ligada al hueso se perdió en la tierra.
La lágrima, el poema y el recuerdo
están labrando sobre el fuego
el canto de la muerte
con ametralladoras doradas desde ti.
Y aquí a cada noche se busca en tus libros
el propósito justo de toda acción.
Y se abre tu memoria a todo aquel que renace,
pero nunca falta alguien que te alce en un altar
Y haga leyenda tu imagen formadora
y haga imposible el sueño de alcanzarte
y aprenda alguna de tus frases de memoria
para decir: "seré como él", sin conocerte
Y lo pregone sin pudor,
sin sueño, sin amor, sin fe
Y pierdan tus palabras sentido de respeto
hacia el hombre que nace cubierto de tu flor
Algún poeta dijo, y sería lo más justo,
desde hoy nuestro deber es defenderte
de ser Dios.

Canciones del Che: Silvio




Silvio Rodríguez

Cuba

América te hablo de Ernesto





Con una mano larga
para tocar las estrellas
y una presión de dios en la huella,
pasó por tu cintura
por tu revés y derecho
el curador de hombres estrechos.

Preparando el milagro
de caminar sobre el agua
y el resto de los sueños
de las dolencias del alma,
vino a rajar la noche
un emisario del alba.

Y con voz tan perfecta
que no necesita oído
hizo un cantar que suena a estampido.
En todos los idiomas el emisario
va a verte:
en todos los idiomas
hay muerte.
Aunque lo entierren hondo,
aunque le cambien la cara,
aunque hablen de esperanza
y brille la mascarada,
llegará su fantasma
bien retratado en las balas.

miércoles, junio 11, 2008

Espero curarme de ti


Espero curarme de ti en unos días. Debo dejar de fumarte, de beberte, de pensarte. Es posible. Siguiendo las prescripciones de la moral en turno. Me receto tiempo, abstinencia, soledad.

¿Te parece bien que te quiera nada más una semana? No es mucho, ni es poco, es bastante. En una semana se puede reunir todas las palabras de amor que se han pronunciado sobre la tierra y se les puede prender fuego. Te voy a calentar con esa hoguera del amor quemado. Y también el silencio. Porque las mejores palabras del amor están entre dos gentes que no se dicen nada.

Hay que quemar también ese otro lenguaje lateral y subversivo del que ama. (Tú sabes cómo te digo que te quiero cuando digo: «qué calor hace», «dame agua», «¿sabes manejar?», «se hizo de noche»... Entre las gentes, a un lado de tus gentes y las mías, te he dicho «ya es tarde», y tú sabías que decía «te quiero»).

Una semana más para reunir todo el amor del tiempo. Para dártelo. Para que hagas con él lo que quieras: guardarlo, acariciarlo, tirarlo a la basura. No sirve, es cierto. Sólo quiero una semana para entender las cosas. Porque esto es muy parecido a estar saliendo de un manicomio para entrar a un panteón.

Jaime Sabines

miércoles, mayo 21, 2008

Monterrey en palabras de Alfonso Reyes


Esta entrada va a estar constituida por citas del llamado Regiomontano Universal, podrán parecer chauvinistas o exaltadores de un regionalismo ramplón mas es la expresión de vida de una tierra que nos ha dado identidad y razón a esta colectividad entre montañas.

De manera temprana salió de esta tierra pero la marca de su oriundez lo acompañó de forma perenne, recordado es también su padre, Bernardo Reyes, gobernador de Nuevo León, producto del despotismo ilustrado del porfiriato, tan querido fue que el mismo dictador se sintió amenazado por el que consideraba su amigo cercano.


“Monterrey de las montañas,
tú que estás al par del río;
fábrica de la frontera,
y tan mi lugar nativo
que no sé cómo no añado
tu nombre en el nombre mío.”
(Obras Completas, T. X, Constancia poética, FCE, p. 52)


“Desde el Cerro de la Silla
al pie de la Sierra Madre
corre el hilo de tu cuna
como un invisible estambre”
(Constancia poética, p. 391),


“Porque soy de Monterrey,
lo más al norte de México”
(Diario, p. 228),

“Ay Salambó, salambona,
ya probé de tu persona!
¿Y sabes a lo que sabes?
(...)
Sabes...
al aire de mis montañas,
donde un tiempo cabalgué.
Sabes a lo que sabía
la infancia que se me fue.”
(Constancia poética, pp. 157-158).


“La estancia de un día en Monterrey —consigna en su Diario (pp. 65-66)-- fue muy bien aprovechada... Me asomé con viva emoción a mi antigua casa... Paseé.., por Bolívar donde cae la casa.., en que yo nací... Saludé al Cerro de la Mitra, que mordía nubes entre sus cuatro dientes; vislumbré de la Sierra Madre, el Caído (donde está el Mirador)... y me deleité con el Cerro de la Silla, que cambia colores con las horas, precioso amuleto de la ciudad.”

“Hermoso Cerro de la Sía,
quién estuviera en tu horqueta,
una pata pa’ Monterrey
y la otra pa’ Cadereyta.”

“todo fue pugnacidad y ceño, duelo del hombre contra el medio. Un río casi
seco, más que río camino de pedruscos, se hincha de pronto y produce inesperados desbordes. Monterrey ha sido inundada y reedificada varias veces. Tal es su fatigosa crónica.
Nada ha faltado a su grandeza. Ni siquiera, en los días aciagos de la invasión, la hazaña heroica y el sufrimiento valeroso. Allá se liquidó una etapa de aquella aventura sin gloria que, fuertemente castigada por la defensa regiomontana, prefirió en adelante escoger otras vías de penetración en el país. La ciudad se levanta luego de sus escombros. Pudo quedarse en categoría de campamento irregular, en pintoresca nidada del contrabando como las que cantan y aun exaltan nuestros corridos populares, rindiendo tributo a la virtud elemental del coraje y a la puntería de los rifleros del norte... Pero la excelencia de aquella gente y la atingencia de algunos inolvidables gobernantes acabaron por transformar la ciudad en la segunda capital del país, alzándola hasta la figura ejemplar que hoy ostenta”.
(...)
“El regiomontano, cuando no es hombre de saber, es hombre de sabiduría. Sin asomo de burla pudiera afirmarse que es un héroe en mangas de camisa, un paladín en blusa de obrero, un filósofo sin saberlo, un mexicano sin posturas para el monumento y hasta creo que un hombre feliz. Por cuanto no hay más felicidad terrena que la de cerrar cada noche el ciclo de los propósitos cotidianos, fielmente cumplidos, y el despertar cada mañana.., con el ánimo bien templado para las determinaciones saludables.”
(Obras Completas, T. VIII, Discursos, pp. 179 y 181).

“Por mares y continentes
y de una en otra región,
si no alzado entre los brazos
sí con la imaginación,
llevo el Cerro de la Silla
en cifra y en abstracción:
medida de mis escalas
escala en mi inspiración.”
(Constancia poética, p. 466).

Fuente de las citas:
http://alfonsorubioyrubio.com/ver.php?var=85

miércoles, abril 30, 2008

No apagues la tv


Pasa la nocturna, yazgo en la cama
el blanco ruido me acompaña
una luz brillante ilumina los muros
lo desconecto…

El vacío que dejan es rápidamente ocupado,
cientos de ideas agolpan mi mente
los problemas de la oficina, los pagos de la tarjeta
las materias de posgrado que no abre esa infame universidad

Conecto de nuevo,
prefiero llenar con la nada los espacios
esa nada que no acosa, que no hostiga
que no abruma

jueves, abril 24, 2008

Osvaldo Salas, fotógrafo de la Revolución Cubana

Normalmente cuando se analizan hechos o procesos históricos, una de las vertientes más ricas para el entendimiento del mismo es el trabajo de los creadores culturales de su tiempo, la Revolución Cubana no fue la excepción.

La fotografía es uno de los aspectos que mas me llaman la atención, enfocándome en este post en el trabajo de Osvaldo Salas (1914-1992), quien junto a Korda (Alberto Díaz Gutiérrez, 1928-2001), se contituyó en uno de los fotógrafos del proceso revolucionario, mas no solo en lo político, sino en lo artístico y social.

El Che de Korda


Osvaldo fue un fotógrafo importante, además de sus fuertes y expresivas fotos por esa habilidad, que no todo mundo tiene, de estar siempre en el lugar y el momento correcto.

Osvaldo vivió mucho tiempo en Nueva York desde donde hacía trabajos para la revista cubana Bohemia, enfocándose a la fotografía deportiva y de espectáculos, pero un día le pidieron sacar fotografías de unos exiliados cubanos que en ese entonces buscaban financiamiento para embarcarse de nuevo a la isla, ese grupo de expedicionarios que con el nombre de “Movimiento 26 de Julio” habría de tumbar a Fulgencio Batista de la silla presidencial.

Anexo una entrevista que mi amiga Esperanza Casanoves le hiciera a Osvaldo unos meses antes de que partiera de su forma terrenal en su casa en La Habana.



Trabajos de Osvaldo Salas



Fidel y Hemingway


Alicia Alonso


Fidel, Raúl y el Che


Che Fumando


Che

martes, febrero 26, 2008

Odio a los indiferentes

Algo de Antonio Gramsci


Odio a los indiferentes, creo que (...) Vivir significa tomar partido.
No pueden existir solamente hombres, extraños a la ciudad. Quien verdaderamente vive no puede dejar de ser ciudadano y de participar.
La indiferencia es abulia, parasitismo, ruindad; no es vida. Por eso odio a los indiferentes.
La indiferencia es el peso muerto de la historia. Es la bola de plomo para el innovador, es la materia inerte en la que se sofocan los entusiasmos más generosos, es el pantano que circunda la vieja ciudad y la defiende mejor que el más sólido de los muros, mejor que el escudo de los guerreros, y que atrapa a los invasores, haciéndolos desistir de la empresa heroica.

La indiferencia actúa potentemente en la historia. Actúa pasivamente, pero actúa. Es la fatalidad; es aquello que con lo que no se puede contar; es lo que descompone los programas, subvierte los planes mejores construidos; es la materia bruta que se revela frente a la inteligencia y la destroza.

Lo que sucede, el mal que se abate sobre todos, el posible bien que un acto heroico puede generar, no se debe tanto a la iniciativa de los pocos que actúan , como a la indiferencia, el ausentismo de los muchos.
Lo que ocurre, no ocurre tanto porque algunos quieren que ocurra, como porque la masa de hombres abdica de su voluntad, deja hacer, deja anudar lo que únicamente la espada puede cortar, deja promulgar leyes que solo la revuelta puede luego abrogar, deja acceder al poder a los hombres que luego un amotinamiento podrá únicamente derrocar.

La fatalidad que parece dominar la historia no es nada más que la apariencia ilusoria de esta independencia, de este ausentismo.

Los hechos maduran en las sombras, pocas manos no vigiladas por ningún control urden la tela de la vida colectiva, y la masa no se entera porque se despreocupa de esto.
Los destinos de una época son manipulados según visiones estrechas, objetivos inmediatos, ambiciones y pasiones personales de pequeños grupos activos; y la tela urdida en las sombras se completa;
Entonces parece que es la fatalidad la que viene a sacudir a todo y a todos, al que quiso y al que no quiso, al que sabía y al que no sabía, al que había sido activo y al que permaneció indiferente.

Y el indiferente se irrita, porque quisiera sustraerse a las consecuencias, quisiera que quedara en claro que él no quiso, qué no es responsable.

Unos gritan piadosamente, otros insultan en forma obscena, pero ninguno o muy pocos se preocupan: de haber cumplido también yo con mi deber, de haber tratado de hacer valer mi voluntad o mi consejo, ¿habría ocurrido lo que ocurrió?

Ninguno o muy pocos se reprochan su indiferencia, su escepticismo, no haber dado la mano y el apoyo a un grupo de ciudadanos que, precisamente para evitar ese mal, combatieron y se propusieron obtener un bien determinado.

La mayoría de ellos, en cambio, una vez ocurridos los acontecimientos prefieren hablar de fracasos ideales, de programas definitivamente sepultados y de otras estupideces semejantes. Vuelven a insistir así un su falta de responsabilidad. Y no porque sean incapaces de ver las cosas con claridad, y de que hasta sean capaces de imaginar hermosas soluciones para problemas muy urgentes (...)
Pero estas soluciones permanecen hermosamente infecundas, pero esta contribución a la vida colectiva no esta animada por ninguna luz moral; es producto de una mera curiosidad intelectual y no de un punzante sentido de responsabilidad histórica que quiere a todos activos en la vida, que no admite agnosticismos e indiferencias de ningún género.

Odio a los indiferentes porque me indignan sus lloriqueos de eternos inocentes. Pido cuentas a cada uno del modo en que se hizo cargo de la tarea que la vida le impuso y le impone cotidianamente, de lo que hizo y en especial de lo que dejo de hacer.

Y siento que puedo ser inexorable, que no tengo derecho a dejarme arrastrar por la piedad, que no debo compartir con ellos mis lagrimas.

Tomo partido, vivo, siento en las conciencias viriles de los que están de este lado pulsar la actividad de la ciudad futura que estamos construyendo.

Y en ella la cadena social no pesa sobre pocos, en ella cada cosa que sucede no se debe al azar, a la fatalidad, sino a la inteligencia activa de los ciudadanos. No hay nadie que esté en la vereda mirando a los pocos que se sacrifican, que se desangran hasta el sacrificio mientras el que está en la ventana, al acecho, pretende usufructuar del poco bien que la actividad de los pocos provee y desahoga su desilusión vituperando al que se sacrifica, al que se desangra, porque no tuvo éxito en su intento.

Vivo, tomo partido. Porque odio al que no participa, odio a los indiferentes.

ANTONIO GRAMSCI.

martes, febrero 19, 2008

VENDETTA

La atomización es la respuesta
Ese que vive enfrente no es mi hermano
Porqué habría que abrirles yo la puerta
Si nunca lo he visto en mis zapatos.

Nuestras diferencias nos han hecho extraños
Nuestros prejuicios nos han hecho contrarios
Nuestros liderazgos nos han hecho enemigos
Nuestras ambiciones nos han hecho asesinos

Fractura antes que convivencia
Sus extrañas costumbres infunden miedo
Su discrepancia ante lo nuestro es una afrenta
Su terquedad en ser distintos cegó su vuelo

Nuestras diferencias nos han hecho extraños
Nuestros prejuicios nos han hecho contrarios
Nuestros liderazgos nos han hecho enemigos
Nuestras ambiciones nos han hecho asesinos

La coexistencia hoy es imposible
Solo las armas nos dan sentido
Solo el imaginario nos sostiene
Cuando el camino se ha perdido

Nuestras diferencias nos han hecho extraños
Nuestros prejuicios nos han hecho contrarios
Nuestros liderazgos nos han hecho enemigos
Nuestras ambiciones nos han hecho asesinos


Vendetta al fin vendetta

jueves, enero 24, 2008

Te borraré

De la cubana Carilda Oliver Labra

TE BORRARE

Te borraré con una esponja de vinagre,
con un poco de asco.
Te borraré con una lágrima importante
o con un gesto de descaro.

Te borraré leyendo metafísica,
con un telefonazo o los saludos
que doy a la ceniza;
con una tos o un cárdeno minuto.

Te borraré con el vino de los locos,
sacándome estos ojos;
con un varón metido aquí en mi tumba.

Te borraré con juegos inocentes,
con la vida o la muerte;
¡aunque me vuelva monja o me haga puta!

lunes, enero 21, 2008

¿Crónicas desde la Persépolis?

Los caminos del saber son inciertos.

Yo soy un entusiasta de la política y de la historia como los que ya tienen tiempo leyéndome se habrán dado cuenta, pero la forma de acceder al conocimiento a lo largo del tiempo ha variado, algunos dirán que el libro es el principal medio, pero a su vez existe el conocimiento disperso dentro de la tradición oral, la labor artística dentro de un periodo determinado, etc.

Ejemplo de lo anterior, me recuerda el programa radial de un querido amigo que en una estación universitaria manejaba distintos hechos históricos mediante la música que lo rodeaba, como la Revolución Cubana con la musica de Carlos Puebla y Silvio Rodríguez. El franquismo y los movimientos juveniles en la Europa de los 60 con el catalán Lluis Llach (L'estaca, que tinguem sort, etc.) o el valenciano Raimon (Al vent, d'un temps d'un pais, etc).

¿Porque tanto rodeo? Estos días he estado leyendo un comic, que hace poco se traslado a una película animada, llamado Persépolis de la cartonista iraní Marjane Satrapi que, basada en su autobiografía, vemos a lo largo del tiempo la serie de cambios que se dieron en Irán desde que se tumbó al Sha gobierno iraní y la victoria de la Revolución que habría de instalar a musulmanes fundamentalistas en el poder, de forma clara, simple y comprensible, desde el efecto que tuvo en la vida de una familia en el día a día, de como se daba la manipulación mediática y hasta de como se llega a tener un país martirizado...o lleno de martires que es lo mismo o casi lo mismo.

Pero lo narra como un recuento complejo en la línea de tiempo de su vida, desde la infancia en Teherán donde estudiaba en un Liceo Francés como parte de una familia acomodada y como después del triunfo islamista, en el cual ellos mismos tenían muchas esperanzas, se empezó con la represión cultural, se impuso el velo y se despojó a la mujer de todo derecho, se toma como se ve desde adentro el largo y sangriento conflicto con Irak, al grado que los padres deciden refugiarla en el extranjero, en este caso Austria, los problemas de adaptación para el asilado e incluso el dificil regreso a casa.

Es un trabajo profundo, cuidadoso, y especialmente humano que al mismo tiempo educa y permite entender procesos históricos, que por la distancia o por la misma apatía, nos parece lejano. No me queda mas que recomendar que lean el comic y si pueden la animación, la cual tuvo una extraodinaria acojida en Cannes donde recibió el Premio del Jurado en 2007.

desde regias tierras
...el chema

viernes, enero 18, 2008

Sin Título

Camino sin rumbo
perdido en el reflejo
de tus ojos oscuros.

Laberíntica odisea
de objetivo incierto
pero de andar seguro