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Internacionalista, sobreviviente de las crisis periódicas de este país, asiduo lector, crítico feroz, miembro permanente de las huestes utópicas.

miércoles, mayo 21, 2008

Monterrey en palabras de Alfonso Reyes


Esta entrada va a estar constituida por citas del llamado Regiomontano Universal, podrán parecer chauvinistas o exaltadores de un regionalismo ramplón mas es la expresión de vida de una tierra que nos ha dado identidad y razón a esta colectividad entre montañas.

De manera temprana salió de esta tierra pero la marca de su oriundez lo acompañó de forma perenne, recordado es también su padre, Bernardo Reyes, gobernador de Nuevo León, producto del despotismo ilustrado del porfiriato, tan querido fue que el mismo dictador se sintió amenazado por el que consideraba su amigo cercano.


“Monterrey de las montañas,
tú que estás al par del río;
fábrica de la frontera,
y tan mi lugar nativo
que no sé cómo no añado
tu nombre en el nombre mío.”
(Obras Completas, T. X, Constancia poética, FCE, p. 52)


“Desde el Cerro de la Silla
al pie de la Sierra Madre
corre el hilo de tu cuna
como un invisible estambre”
(Constancia poética, p. 391),


“Porque soy de Monterrey,
lo más al norte de México”
(Diario, p. 228),

“Ay Salambó, salambona,
ya probé de tu persona!
¿Y sabes a lo que sabes?
(...)
Sabes...
al aire de mis montañas,
donde un tiempo cabalgué.
Sabes a lo que sabía
la infancia que se me fue.”
(Constancia poética, pp. 157-158).


“La estancia de un día en Monterrey —consigna en su Diario (pp. 65-66)-- fue muy bien aprovechada... Me asomé con viva emoción a mi antigua casa... Paseé.., por Bolívar donde cae la casa.., en que yo nací... Saludé al Cerro de la Mitra, que mordía nubes entre sus cuatro dientes; vislumbré de la Sierra Madre, el Caído (donde está el Mirador)... y me deleité con el Cerro de la Silla, que cambia colores con las horas, precioso amuleto de la ciudad.”

“Hermoso Cerro de la Sía,
quién estuviera en tu horqueta,
una pata pa’ Monterrey
y la otra pa’ Cadereyta.”

“todo fue pugnacidad y ceño, duelo del hombre contra el medio. Un río casi
seco, más que río camino de pedruscos, se hincha de pronto y produce inesperados desbordes. Monterrey ha sido inundada y reedificada varias veces. Tal es su fatigosa crónica.
Nada ha faltado a su grandeza. Ni siquiera, en los días aciagos de la invasión, la hazaña heroica y el sufrimiento valeroso. Allá se liquidó una etapa de aquella aventura sin gloria que, fuertemente castigada por la defensa regiomontana, prefirió en adelante escoger otras vías de penetración en el país. La ciudad se levanta luego de sus escombros. Pudo quedarse en categoría de campamento irregular, en pintoresca nidada del contrabando como las que cantan y aun exaltan nuestros corridos populares, rindiendo tributo a la virtud elemental del coraje y a la puntería de los rifleros del norte... Pero la excelencia de aquella gente y la atingencia de algunos inolvidables gobernantes acabaron por transformar la ciudad en la segunda capital del país, alzándola hasta la figura ejemplar que hoy ostenta”.
(...)
“El regiomontano, cuando no es hombre de saber, es hombre de sabiduría. Sin asomo de burla pudiera afirmarse que es un héroe en mangas de camisa, un paladín en blusa de obrero, un filósofo sin saberlo, un mexicano sin posturas para el monumento y hasta creo que un hombre feliz. Por cuanto no hay más felicidad terrena que la de cerrar cada noche el ciclo de los propósitos cotidianos, fielmente cumplidos, y el despertar cada mañana.., con el ánimo bien templado para las determinaciones saludables.”
(Obras Completas, T. VIII, Discursos, pp. 179 y 181).

“Por mares y continentes
y de una en otra región,
si no alzado entre los brazos
sí con la imaginación,
llevo el Cerro de la Silla
en cifra y en abstracción:
medida de mis escalas
escala en mi inspiración.”
(Constancia poética, p. 466).

Fuente de las citas:
http://alfonsorubioyrubio.com/ver.php?var=85

1 comentario:

Anónimo dijo...

Gracias por compartir esta mínima antología tan entrañable de nuestro egregio Alfonso.
Fuera de la poesía, yo no me había detenido en los otros fragmentos.