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Internacionalista, sobreviviente de las crisis periódicas de este país, asiduo lector, crítico feroz, miembro permanente de las huestes utópicas.

jueves, diciembre 23, 2004

Ohore, Euskal Herria

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Prestutasun
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Madre Euskadi, tierra noble, tierra brava, orígen y destino de una estirpe fuerte y terca cuya búsqueda es persistir
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Bihurrikerria
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Tierra rebelde y librepensadora pese a los embates de los enemigos de la razón, muda te quisieron y quieren como Franco intentó y los fascistas de ahora disfrazados de centro, te censuran e intentan matar tu signo diferencial, tu lengua antigua, tu lengua bárbara, tu lengua sobreviviente.
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Bahituri - Hiltze
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Tierra rehén de los que fueron tus heraldos y degeneraron en extremo, de los alguna vez dieron su vida por ti y hoy la toman falsamente en tu nombre acallando las voces que piden la paz y les dicen que las falanges, el enemigo, se han ido para no volver.
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Tierra rehén de los asesinos de ayer que se volvieron gobierno, del que tomo las vidas de tus mártires que entraron en el plano legendario, el que detona tus instituciones protegiendo la integridad de su transnación.
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Bizirik
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Tierra Fénix, resucitaste y resucitarás cuantas veces sea necesario, no claudicarás en la defensa contra los que te intentan desintegrar, por caminos de Álava, Guipúzcoa y Vizcaya tu historia te reclama, desde la aristocrática y cosmopólita costa de San Sebastián, pasando por la industrioso y trabajador Bilbao, y el paso inerte del tiempo por las calles de Vitoria-Gasteiz que te remonta a una antigua gloria que te embiste.

jueves, diciembre 09, 2004

Sobre las juntas militares y Sudamérica

Hoy que escuchamos sobre el reconocimiento de los militares chilenos sobre las torturas y desapariciones durante su gestión y que escuchamos sobre el baile de los dólares que los gobiernos "afines" destinaron a sus mandatos, mientras leo sobre este reconocimiento de lo que ya sabiamos por las crónicas de los sobrevivientes, me viene a la cabeza un poema que la primera vez que lo escuché me impactó, del maestro Benedetti

Hombre preso que mira a su hijo
Cuando era como vos me enseñaron los viejos
y tambien las maestras bondadosas y miopes
que libertad o muerte era una redundancia
a quien se le ocurría en un país
donde los presidentes andaban sin capangas
que la patria o la tumba era otro pleonasmo
ya que la patria funcionaba bien
en las canchas y en los pastoreos
realmente botija no sabían un corno
pobrecitos creían que libertad
era tan solo una palabra aguda
que muerte era tan solo grave o llana
y cárceles por suerte una palabra esdrújula
olvidaban poner el acento en el hombre
la culpa no era exactamente de ellos
sino de otros más duros y siniestros
y éstos sí
como nos ensartaron
en la limpia república verbal
cómo idealizaron
la vidurria de vacas y estancieros
y cómo no vendieron un ejército
que tomaba su mate en los cuarteles
uno no siempre hace lo que quiere
uno no siempre puede
por eso estoy aquí
mirándote y echándote
de menos
por eso es que no puedo despeinarte el jopo
ni ayudarte con la tabla del nueve
ni acribillarte a pelotazos
vos ya sabés que tuve que elegir otros juegos
y que los jugué en serio
y jugué por ejemplo a los ladrones
y los ladrones eran policías
y jugué por ejemplo a la escondida
y si te descubrían te mataban
y jugué a la mancha
y era de sangre
botija aunque tengas pocos años
creo que hay que decirte la verdad
para que no la olvides
por eso no te oculto que me dieron picana
que casi me revientan los riñones
todas estas llagas hinchazones y heridas
que tus ojos redondos
miran hipnotizados
son durísimos golpes
son botas en la cara
demasiado dolor para que te lo oculte
demasiado suplicio para que se me borre
pero también es bueno que conozcas
que tu viejo calló
o puteó como un loco
que es una linda forma de callar
que tu viejo olvidó todos los números
(por eso no podría ayudarte en las tablas)
y por lo tanto todos los teléfonos
y las calles y el color de los ojos
y los cabellos y las cicatrices
y en qué esquina
qué bar
qué parada
qué casa
y acordarse de vos
de tu carita
lo ayudaba a callar
una cosa es morirse de dolor
y otra cosa morirse de vergüenza
por eso ahora
me podés preguntar
y sobre todo
puedo yo responder
uno no siempre hace lo que quiere
pero tiene el derecho de no hacer
lo que no quiere
llorá nomás botija
son macanas
que los hombres no lloran
aquí lloramos todos
gritamos berreamos moqueamos chillamos
maldecimos
porque es mejor llorar que traicionar
porque es mejor llorar que traicionarse
llorá
pero no olvides.

jueves, diciembre 02, 2004

De la vida y la justicia


“Para todos hay lugar en la cita de la victoria”

Ayer por la noche veía un programa norteamericano llamado “Dead like me” en la cual una persona ya muerta y en un estado intermedio hacia su lugar en la eternidad increpaba contra el creador, hacía visible su rencor y frustración, al ser cuestionado si se debía porque él dejo que muriera de esa manera, el negó y agregó que se debía a que permitió que viviera de esa manera. Que Dios no quería a todos sus hijos de igual manera, segregando de la vida a los “freaks” lo cual me puso a pensar en la vida, como ese tortuoso camino a seguir hasta que nos sega el final de los días y la inherente justicia que debería ser compañera de la sobrevivencia.

Pero ¿Cómo pensar en un mundo de iguales?, cuando en este mundo existen personas más iguales que otras, donde la fortuna, el éxito, la autorrealización o todo lo contrario viene de la mano de la cuna y la familia donde te tocó ver la primera luz, que aspiración aquellos indígenas que nacen en condiciones pauperrimas ya sea en la sierra de Hidalgo o en el sur de Nuevo León desnutridos como están y sin acceso a centros educativos de calidad que haga más fácil su aspiración a un futuro mejor.

¿Cómo pensar en un mundo justo?, Si la ley y el sistema están al servicio de los poderosos, donde todos somos víctimas de alguien a la vez que victimamos a alguien mas completando el circulo vicioso que nos reafirma como participantes activos en la caótica y miserable realidad.

¿Cómo pensar en un mundo de amor? Cuando el miedo y las tortuosas relaciones de explotación nos llevan a odiar a nuestros semejantes, odiamos a nuestros gobernantes, a nuestros empleadores, a nuestros vecinos, a los gandallas conocidos y por conocer, son pocas nuestras expectativas de los demás e incluso de nosotros mismos.

Hay quien hace apología del libre albedrío, del darwinismo social, de la justicia selectiva, del canibalismo político o de la opresión del proletariado por la burguesía

Hay quien justifica la masacre del débil, por débil, como consecuencia del privilegio de prevalecer para el más capacitado, del mejor, siendo imposible que las cosas sean distintas pero lo inaceptable, lo miserable sería coincidir, es obligación hacer lo posible, mucho o poco, en pos de reducir brechas y brindar oportunidades para alcanzar la sobrevivencia y el desarrollo de los desposeidos en base a políticas públicas que acabe de la depredación de nuestros semejantes y nos permita redimirnos como especie.