Es el signo de los tiempos, el reinado de los sentidos; que dirige nuestra forma de interpretar e interrelacionarnos con el mundo; pide trajes a la medida, contenidos digeridos y simplificación del añejo y en desuso ritual del pensamiento.
El hedonismo, en el que hemos estacionado nuestro estado de confort, responde a estímulos inmediatos lo que nos hace adentrarnos en el culto de lo efímero, de lo vano, lo sin forma y que nos hace desprendernos de lo que nos amarra y nos exige definición o decisión, nos vuelve seres insaciables y en eterna busqueda de lo quimérico.
Esta tarde vi llover
Hace 13 años.
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